El turismo en 2025 se enfrentará a un mundo aún más digitalizado y consciente de la sostenibilidad. El diseño visual será crucial para que las marcas del sector destaquen y conecten con audiencias cada vez más exigentes.
Diseño y experiencias inmersivas
La tecnología está transformando la forma en que los viajeros interactúan con destinos. Diseños que integren realidad aumentada o experiencias 360º permitirán a los usuarios explorar lugares antes de visitarlos. Imagina mapas interactivos que muestren rutas culturales o apps personalizadas que ofrezcan vistas previas de hoteles con recorridos virtuales.
Sostenibilidad como identidad visual
En 2025, los turistas buscarán destinos que prioricen el respeto por el medioambiente. Las marcas turísticas que comuniquen su compromiso ecológico a través de logotipos, colores naturales y empaques visuales responsables (como campañas con una baja huella ecológica) ganarán la confianza de los consumidores.
Por ejemplo, un operador turístico en España podría usar infografías que detallen sus esfuerzos por reducir emisiones, mientras que un lodge en Chile podría incorporar materiales reciclados en sus herramientas de comunicación, transmitiendo un mensaje coherente.
Diseño adaptado a audiencias locales y globales
El turismo está en un equilibrio entre lo local y lo global. Diseños que resalten la autenticidad local (como motivos culturales o colores representativos) pero que sean fáciles de entender para una audiencia global serán clave.
El reto será crear materiales visuales bilingües o multilingües que integren diseño universal con detalles que conecten emocionalmente con el público objetivo.
El minimalismo sigue siendo tendencia
En un mundo saturado de contenido, menos será más. Diseños limpios, con tipografías sencillas y elementos visuales bien espaciados, guiarán al usuario de manera clara. Esto es especialmente importante en los sitios web turísticos, donde los viajeros valoran la facilidad para encontrar información.
El diseño visual en 2025 no será solo una herramienta estética, sino una forma de comunicar valores, ofrecer experiencias y conectar con los viajeros. ¿Cómo podrías integrar estas tendencias en tu estrategia turística?